En un comunicado remitido a los medios, la Resistencia iraquí aseguró que cumplen un mandato de respetar las misiones diplomáticas, incluida la norteamericana.
La nota reconoce que en esa instalación ubicada en la Zona Verde capitalina ‘se perfilan planes malévolos’ contra la nación, pero es sagrada la orden de salvaguardar representantes oficiales de cualquier país.
Según Abu Ali Al-Askari, del grupo paralimitar, es iraquí la decisión de hostigar al ejército estadounidense, lo cual no se detendrá hasta la retirada del último soldado de las fuerzas de ocupación.
Al Askari convocó a los colegas de las Unidades de Movilización Popular para preservar las reglas de enfrentamiento y advirtió que cualquier ataque a la Resistencia tendrá una dura respuesta.
Durante miércoles y jueves últimos, varios cohetes y drones impactaron en la Zona Verde bagdadí, en la cual radican misiones diplomáticas, entre otras la estadounidense y oficinas estatales.
En Iraq, la presencia militar norteamericana recibe un rechazo mayoritario, tras los asesinatos del general iraní Qassem Soleimani y del subcomandante de las Unidades de Movilización Popular, Abu Mahdi al-Mohandes, cometidos en Bagdad por tropas norteñas.
A raíz de esos atentados, el parlamento iraquí adoptó una resolución para expulsar a todas las fuerzas extranjeras en el país, en especial las estadounidenses.
oda/arc