El representante iraní ante la ONU, Majid Takht Ravanchi, precisó que el cerco económico decretado por Washington contra la nación islámica socavó la salud y la seguridad de los ciudadanos.
De ninguna manera, apuntó, son aceptables esas acciones con fines políticos.
Pese a sus avances científicos, la República islámica padece carencias y escaseces de medicamentos y suministros, a causa de las sanciones unilaterales norteamericanas violatorias de la Carta de la ONU y las leyes internacionales.
Esa política de coerción acarreó reducciones en los presupuestos iraníes para el sistema de salud, porque hay dificultades para importar equipos y tecnologías, acotó el diplomático.
Ahora, añadió, en medio de la pandemia de la Covid-19, las sanciones influyen en la tendencia negativa de la enfermedad en el país, sobre todo en mujeres, niños, adolescentes, ancianos y personas con discapacidad.
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