La devaluación de más de 100 por ciento de la libra libanesa respecto al dólar estadounidense puso en un nivel prohibitivo el precio de cualquier tipo de carne en esta nación con costas al mar Mediterráneo.
El Día del Sacrificio consiste en cocinar cordero, res y en algunos casos caballo o camello para honrar la lealtad de Abraham hacia Dios.
Según el episodio presente en los textos cristianos, judíos y musulmanes, Abraham se disponía a sacrificar a su hijo Ismail para cumplir con un mandamiento divino.
En el momento en que se disponía al sacrificio, intervino Dios y cambió la vida del humano por una de un cordero.
La jornada, en realidad son tres, es el fin del hajj o peregrinación a las ciudades sagradas islámicas de La Meca y Medina, en Arabia Saudita, una visita obligatoria para los musulmanes con posibilidades físicas y económicas.
El próximo día domingo comenzará ese peregrinaje que las autoridades sauditas limitaron a unas 60 mil personas, todas residentes en el reino, a causa de las restricciones por la pandemia de la Covid-19.
Desde hace mucho tiempo, para la inmensa mayoría de los islámicos libaneses esa visita no figura en su agenda personal por la carestía de hospedaje, alimentación y transporte.
Empero, el Día del Sacrificio si es una celebración masiva y popular que en la venidera tendrá características diferentes ante el deterioro de los bolsillos.
Un kilogramo de carne de res cuesta hoy por encima de las 120 mil libras libanesas que al cambio fijado en el mercado negro no llega a un dólar, pero los salarios de 90 de cada 100 libaneses siguen siendo los mismos y equiparados con la tarifa oficial de mil 500 por billete verde.
De octubre de 2019 a la fecha, el sueldo de los trabajadores o empleados en Líbano disminuyó 100 veces, mientras la inflación sobrepasó 70 puntos porcentuales.
Durante ese lapso, más de 55 por ciento de los libaneses se hundió por debajo del umbral de la pobreza, calculado en 3,64 dólares diarios, según el Banco Mundial.
Y a ese panorama se suma la agudización de las restricciones por la Covid-19 y la peor crisis económica y financiera en décadas que originó un desempleo masivo.
El Eid al Adha de este año en la nación de los cedros será de los más tristes para la inmensa mayoría de los seguidores de esa costumbre, aunque habrá quien por reafirmar su fe arriesgará todo por festejarlo.
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