Mañana, los electores están convocados a escoger dentro de las coaliciones Chile Vamos, oficialista, y Apruebo Dignidad de la oposición de izquierda, a los candidatos que se enfrentarán en las elecciones para la presidencia previstas para el 21 de noviembre.
Con independencia de alguna sorpresa, los sondeos reiteran dos nombres como posibles ganadores: en la derecha Joaquin Lavín, un veterano en estas lides que busca la presidencia de la República por enésima ocasión, y por la oposición, el comunista Daniel Jadue, alcalde de la municipalidad capitalina de Recoleta.
Estos comicios tienen características particulares, pues están convocados a las urnas solo los militantes de los partidos inscritos en las primarias y el resto de la población sin afiliación. Los militantes de las agrupaciones que no inscribieron candidatos no podrán votar.
Un tema que preocupa es la asistencia, tras un largo feriado por la festividad de la Virgen del Carmen, celebrada este viernes, y por el tradicional abstencionismo en este país.
Al respecto, analistas en temas electorales consideran como lo más probable que la participación popular sea igual o incluso menor que la del balotaje para gobernadores regionales del 13 de junio último, cuando votó menos del 20 por ciento del padrón de los comicios.
Pero durante estos siete días también ocuparon la atención las labores de la Convención Constitucional, cuyos 155 integrantes deberán redactar la nueva carta magna y que tras un accidentado comienzo la semana anterior, en esta dedicó su trabajo a temas organizativos.
Igualmente el miércoles, en lo que es presentado como un paso de avance en el proceso de descentralización en Chile, los 16 gobernadores regionales surgidos de las elecciones del 15 y 16 de mayo asumieron sus cargos.
Esta nueva figura sustituye a la del intendente regional que era designado directamente por el Gobierno, y resulta significativo que de los electos, solo uno procede del oficialismo, el resto son de fuerzas de oposición o independientes, en lo que analistas señalaron en su momento como una fuerte derrota de la derecha.
A diferencia de los intendentes, que constituían un eslabón de mando del gobierno central, prácticamente sin autonomía, los gobernadores tendrán entre sus prerrogativas administrar los recursos asignados a la región y establecer políticas públicas acordes con los intereses territoriales, entre otras atribuciones.
Sin embargo no faltaron roces luego que la pasada semana la Dirección de Presupuestos del Gobierno les recortara por decreto más de mil 400 millones de pesos (casi dos millones de dólares) medida que causó tal malestar que finalmente La Moneda debió darle marcha atrás.
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