El gobierno del primer ministro Boris Johnson negoció cada punto y coma (del acuerdo), por lo que intentar ahora cambiar algo ya acordado es un acto de mala o un ejemplo de incompetencia, aseveró la legisladora laborista Louise Haigh este miércoles en el Parlamento.
En opinión de la diputada, quien se desempeña como secretario de Estado para Irlanda del Norte en el llamado gabinete a la sombra (opositor), la postura adoptada por las autoridades británicas está haciendo pedazos la reputación internacional del Reino Unido.
El líder del Partido Socialdemócrata y Laborista norirlandés, Colum Eastwood, acusó también al Ejecutivo de tratar de distanciarse de acuerdos que ellos mismos rubricaron.
Al igual que Haigh, el político opositor norirlandés advirtió que ningún gobierno del mundo podría confiar en el Reino Unido.
El ministro para el Brexit, David Frost, y el secretario de Estado para Irlanda del Norte, Brandon Lewis, confirmaron este miércoles por separado que Londres buscará reescribir el protocolo porque en los términos actuales no funciona, y además obstaculiza las relaciones posBrexit con Bruselas.
Como parte del Tratado de Retirada que marcó la salida definitiva del Reino Unido de la UE en diciembre pasado, la provincia británica de Irlanda del Norte se mantuvo dentro del mercado único y la unión aduanera europeos para evitar el establecimiento de una frontera física con Irlanda.
El protocolo establece, sin embargo, que todos las mercancías procedentes de Gran Bretaña tienen que ser sometidas a controles sanitarios antes de entrar a ese territorio con el fin de comprobar que cumplen con las regulaciones europeas.
Los controles provocan demoras en el trasiego de las mercancías que, según Frost, ya derivaron en el desabastecimiento de los supermercados norirlandeses, y son rechazados por los unionistas que ven amenazados sus vínculos con el Gobierno central británico.
El protocolo debió entrar en vigor el 30 de junio pasado, pero Londres y la UE acordaron a última hora extender por otros tres meses el periodo de gracia, que exime de controles sanitarios y aduaneros a los productos cárnicos que llegan procedente de Gran Bretaña.
El gobierno británico aseguró, no obstante, que no invocará el Artículo 16 del texto que le permite a una de las partes tomar medidas unilaterales, aunque Frost remarcó que le asisten razones para ello.
En una primera reacción al anuncio de Londres, el vicepresidente de la Comisión Europea, Maros Sefcovic, afirmó que la UE está lista para buscar soluciones creativas, pero advirtió que el protocolo no se renegociará.
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