A propósito del quinto centenario de la construcción de la Casona de los Manrique de Lara ‘Consejero de Estado de Carlos V’, hoy sede del Museo Fundación Pecharromán, la ciudad de Cáceres aporta su magia a la exposición de Josep A. Esteve (Veitorr).
Cáceres, en Extremadura, de arquitectura monumental de estilo gótico y renacentista, calles medievales adoquinadas, pone en valor una suerte de simbiosis entre el arte y la física.
No es casual, se percibe en su propia historia. Con distintas vertientes, la física se lanza por los caminos de la ciencia, mientras el arte es la expresión pura, consideran los especialistas del museo.
Ocurre que tampoco es fortuito el trabajo de Veitorr, oriundo de Figueres, la tierra natal de Salvador Dalí. En el pasado estudió física en Barcelona y cuenta con su colección ‘Expresionismo Semántico’ con obras como ‘Burbujas y Partículas’.
Con Mar Gravitatorio, un guiño a las observaciones de Einstein, o en la obra Boltzmann a propósito del físico austríaco, Veitorr completa la idea de que ‘para Stephen Hawking, la ciencia no solo es una disciplina de razón, sino también de romance y pasión’.
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