No podemos seguir como estamos, aseguró este miércoles en la Cámara de los Lores el ministro para el Brexit, David Frost, quien pidió a la UE imponer una moratoria a la aplicación del llamado protocolo norirlandés que dé tiempo a negociar la introducción de cambios significativos al documento.
Como parte del Tratado de Retirada que marcó la salida definitiva del Reino Unido del bloque en diciembre pasado, la provincia británica de Irlanda del Norte se mantuvo dentro del mercado único y la unión aduanera europeos para evitar el establecimiento de una frontera física con Irlanda.
El protocolo establece, sin embargo, que todos las mercancías procedentes de Gran Bretaña tienen que ser sometidas a controles sanitarios antes de entrar a ese territorio con el fin de comprobar que cumplen con las regulaciones europeas.
Los controles provocan demoras en el trasiego de las mercancías que, según Frost, ya derivaron en el desabastecimiento de los supermercados norirlandeses, y son rechazados por los unionistas que ven amenazados sus vínculos con el Gobierno central británico.
El protocolo debió entrar en vigor el 30 de junio pasado, pero Londres y la UE acordaron a última hora extender por otros tres meses el periodo de gracia, que exime de controles sanitarios y aduaneros a los productos cárnicos que llegan procedente de Gran Bretaña.
Tras señalar que las desavenencias sobre el acuerdo obstaculizan las relaciones posBrexit entre el Reino Unido y la UE, Frost aclaró que su país no invocará el Artículo 16 del texto que le permite a una de las partes tomar medidas unilaterales.
Decidimos que este no es el momento para hacerlo, afirmó el funcionario, quien apuntó, no obstante, que a Londres le asisten razones para ello.
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