Según el Foro Brasileño de Seguridad Pública (FBSP), citado por la página oficial del Partido de los Trabajadores, si se compara con 2019, esta cifra supone un aumento del 3,6 por ciento de las víctimas fatales por la violencia.
En este caso el grupo de cero a 11 años presentó un incremento del 1,9 por ciento y el de 12 a 19 de 3,6.
Desde hace más de dos años, 17 infantes y jóvenes mueren cada día en el gigante suramericano y cada dos horas se pierde al menos una de estas vidas.
Regiones del norte y noreste acumulan las mayores tasas de letalidad violenta en la última década y los estados con los peores índices por 100 mil habitantes de vidas perdidas de chicos y muchachos son Ceará (27,2), Rio Grande do Norte (20,9), Sergipe (20,6) y Pernambuco (20,3).
También en 2020 se registraron 46 mil 289 violaciones a víctimas de entre cero y 19 años, de acuerdo con el FBSP.
Más de cinco mil casos afectaron a pequeños de entre cero y cuatro años. La violación es un delito que afecta a los niños en general en Brasil, pero las niñas de hasta 13 años representan la mayoría de las víctimas.
Si el silenciamiento e invisibilidad de estos casos es un factor relevante para el subregistro, la situación se agrava aún más por el cierre de importantes canales de denuncia del tipo de violencia.
El no funcionamiento de instalaciones públicas como escuelas, centros para niños y adolescentes, recintos juveniles, llevó a la reducción de la identificación de casos por parte de los profesionales de la educación, según la FBSP.
De igual manera una niña víctima de violencia sexual tiene más probabilidades de volver a serlo en el transcurso de su vida en otras circunstancias.
Cuanto más joven es el niño, más posibilidades tiene de ser violado en su propio hogar. En todos los grupos de edad, la mayoría de los delitos se cometen en casa.
En más del 80 por ciento de los casos de violación entre cero y 19 años, los agresores son personas conocidas por la víctima, y aunque el delito no ocurra en el domicilio, la probabilidad de que lo cometa un cercano resulta alta.
La desigualdad racial en los niños mayores de cinco años demuestra la situación de vulnerabilidad de los hijos e hijas de las familias negras en este tipo de flagelo.
Niños negros de entre cinco y 14 años representan más del 70 por ciento de los casos, mientras que las víctimas blancas están entre el 18 y 23 por ciento.
En el siguiente grupo de edad (15 a 19 años) los negros representan el 80 por ciento de las víctimas y los blancos un 14.
La investigación del FBSP subraya que cuanto mayor es la víctima, más probable es que sea negra y varón.
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