‘Es lógico que haya elecciones. ¿Quién prohibirá las elecciones en Brasil? Por favor, gente, eso es… No somos una república bananera’, afirmó a periodistas el general retirado a su llegada al Palacio del Planalto (sede del Poder Ejecutivo).
Mourão comentó una noticia del periódico O Estado de Sao Paulo que informó de una amenaza del ministro de Defensa, Braga Netto, al presidente de la Cámara de Diputados, Arthur Lira.
Según el diario, Braga Netto envío a Lira el mensaje de que no habría justas comiciales el próximo año si no se aprobaba la papeleta impresa.
Braga Netto negó haber emitido tal amenaza. También aclaró que ‘las Fuerzas Armadas siempre actúan y actuarán dentro de los límites previstos en la Constitución’.
El boleto impreso es uno de las principales causas que actualmente defienden Bolsonaro y sus aliados.
Los ministros del Supremo Tribunal Federal (STF) y del Tribunal Superior Electoral desafían al presidente y afirman que el sistema electoral del país es seguro, moderno y auditable.
En la comisión de la Cámara baja, que analiza un proyecto para la votación impresa, la tendencia es que el texto sea derrotado.
Conjuntamente, los partidos políticos se manifestaron en contra de la propuesta.
Bolsonaro cuestiona la fiabilidad del sistema de voto electrónico, que se usa en Brasil sin problemas desde hace décadas y que le dio la victoria en el sufragio de 2018.
Ahora quiere cambiarlo por el voto impreso y amenaza con no aceptar una eventual derrota electoral con el actual sistema.
Una nueva encuesta de intención de voto reveló el 7 de julio que el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva supera a Bolsonaro en todos los escenarios para la votación del próximo año.
Resultado de una asociación entre la empresa Genial Inversiones y la consultora Quaest Consultoría e Investigaciones, los datos del sondeo revelaron que Lula exhibe una preferencia de 43 a 45 por ciento de los encuestados contra 28 a 29 por ciento para Bolsonaro.
La impopularidad del gobernante coincidió con el avance de los trabajos de una comisión del Senado que investiga la gestión gubernamental ante la Covid-19.
De igual manera, por la llegada de una segunda ola de la enfermedad que cobró más de 545 mil muertes.
La intención de voto de Lula se fortaleció desde que recuperó sus derechos políticos en marzo tras un juez del Supremo anulara todas sus condenas.
msm/ocs