Algunos con la mano izquierda sobre la biblia, muchos prescindiendo de esta y los evangélicos prometiendo, porque no usan el juramento, casi todos lo hicieron con la mano cerrada y por una nueva carta magna que reemplace a la neoliberal vigente.
Mientras los congresistas de otros partidos juraban en términos convencionales, parte de los legisladores la bancada del partido Perú Libre, la más numerosa de todas y la mayor obtenida por la izquierda en la historia, juraron, además, por el pionero del socialismo en Perú, José Carlos Mariátegui.
El primero en hacerlo fue Bernardo Quito, presidente de la junta transitoria, previa a la elección de la mesa directiva del Congreso de la República.
Quito sumó al juramento de estilo su compromiso por una nueva Constitución, una de las principales banderas electorales de Castillo, aunque sin consenso en el parlamento unicameral, de mayoría de derecha y centro.
La integrante neoliberal de la Junta, Rosangella Barbarán, redundó al jurar por la Constitución vigente, ya incluida en la fórmula oficial, a lo que agregó conceptos que se sector político utiliza frecuentemente.
Una de las fórmulas más contundentes fue la del flamante legislador Guillermo Bermejo, quien lo hizo ‘por el Dios que nos enseña a amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos, por la segunda independencia, por la patria socialista y por la Asamblea Constituyente’.
Su compañero Álex Flores juró por una nueva carta magna, por Mariátegui y por el expresidente nacionalista Juan Velasco Alvarado; y José Cerrón por una nueva Constitución y por la memoria de su padre, Jaime Cerrón, asesinado por un grupo paramilitar en 1990, crimen por el que son enjuiciados cuatro exgenerales.
También los nuevos legisladores de Nuevo Perú parte del tercio de izquierda del Parlamento, juraron por una nueva Constitución, entre ellos la líder del sindicato de trabajadores de limpieza pública, Isabel Cortez, quien lo hizo vestida con uniforme de trabajo de barrendera.
Del mismo partido la más joven, Sigrid Bazán, juró por un Perú sin discriminación y con dignidad para todos y no solo para los privilegiados y Ruth Luque evocó en especial al rebelde inca Túpac Amaru y a su compañera de vida y de armas, Micaela Bastidas.
Tras jurar, los legisladores de izquierda salieron coreando consignas de lucha y los de Perú Libre su lema, ‘No más pobres en un país libre’.
Los legisladores derechistas coincidieron en su mayoría en remarcar su apego a la Constitución neoliberal y Martha Moyano incluyó la frase ‘terrorismo nunca más’ usada en sus campañas electorales por su partido, Fuerza Popular, de la derrotada candidata Keiko Fujimori, y por grupos de extrema derecha.
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