Debido a las precipitaciones en las tierras altas etíopes, en algunos momentos llegaron a la GERD (siglas en inglés) más de seis mil metros cúbicos de agua por segundo y la tensión fue grande, explicó el titular del gabinete, Sileshi Bekele.
Extensas áreas estuvieron en peligro, pero la presa resultó un factor importante para regular un poco la corriente río abajo, aseguró Bekele, aunque exhortó a adoptar las medidas necesarias para evitar desastres, ‘porque la temporada de lluvias no ha terminado aún’.
Si bien no está en pleno funcionamiento, comentó, quedó demostrado su valor para defender nuestra nación, los países de la cuenca del Nilo y también la región de las crecidas del río, además de aumentar el agua disponible durante la sequía.
La GERD no representa una amenaza para ningún país. Quienes acusan erróneamente a Etiopía de utilizar el embalse para perjudicar a otros, deben llegar a sentir y apreciar esta útil inversión como un beneficio también para la región, apuntó el ministro.
Desde que comenzó a construirse en 2011, el embalse provocó fuertes desencuentros entre Etiopía y Egipto, especialmente, y aunque en 2014 iniciaron conversaciones junto con Sudán para determinar cómo explotarlo, continúan sin resolver sus diferencias.
Ante la falta de un acuerdo, Egipto, Sudán y Etiopía se cruzan acusaciones cuando acuden a organismos regionales o internacionales para exponer sus posiciones e intentar reconducir la negociación, atascada desde inicios de 2021.
jha/raj
