De acuerdo con una investigación del Grupo Económico de Estrategia de Aspen, previo a la pandemia de la Covid-19 en Estados Unidos alrededor del cinco por ciento de las jornadas laborales completas se realizaban desde el hogar.
Esa situación aumentó tras el coronavirus cuando los estadounidenses comenzaron a incrementar la práctica del teletrabajo para evitar el contagio y, aunque disminuirá, se espera que se estabilice en aproximadamente el 20 por ciento de las jornadas laborales completas en el futuro, pronostica el texto.
Al cambiar de forma repentina a muchas personas a una ubicación diferente, se vuelve más importante que esta nueva alternativa sea productiva, resalta la investigación.
Según una encuesta sobre el tema a trabajadores y empleadores, proporcionar acceso de alta calidad a internet aumentaría la productividad laboral ponderada por los ingresos en un estimado de 1,1 por ciento.
Esos cálculos, amplía el estudio, se ajustan a los ingresos porque una gran parte de los individuos que se acogerían al teletrabajo son personas mejor calificados con salarios bien remunerados.
Durante la pandemia quedó demostrado que muchos empleos menos calificados no se prestan a esta modalidad laboral, remarca el estudio.
Igualmente, la mejora en la accesibilidad de internet desde los hogares aumentaría la propensión a laborar desde casa y ayudaría a que la economía sea más resistente durante futuros desastres que frenan los viajes y reducen las actividades interpersonales.
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