Según el diaro The Guardian, la decisión podría anunciarse este miércoles después de una reunión del gabinete encabezado por el primer ministro, Boris Johnson.
El periódico agregó que la exención solo se haría efectiva para quienes hayan recibido las dos dosis correspondientes de las vacunas autorizadas en el Reino Unido (AstraZeneca/Oxford, Pfizer/BioNTech y Moderna y Janssen).
El Financial Time apuntó, por su parte, que los ciudadanos estadounidenses y europeos tendrían que presentar de todas formas un resultado negativo de una prueba de Covid-19 antes de viajar, y someterse a otra al segundo día de su estancia en territorio británico.
Interrogada sobre los reportes de prensa por la cadena Sky News, la ministra de Trabajo y Pensiones, Therese Coffey, dijo que todavía no hay ninguna decisión al respecto, aunque confirmó que el gabinete analizará el tema en las próximas horas.
La funcionaria recordó además que el asunto también fue abordado por Johnson y el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, en la cumbre del Grupo de los Siete de junio pasado, por lo que no sería ninguna sorpresa que busquen formas de facilitar los viajes entre ambos países.
La vicejefa del opositor Partido Laborista, Angela Rayner, consideró, por su parte, que sería una irresponsabilidad eximir del autoaislamiento a los viajeros procedentes de otros países, estén o no vacunados.
Sabemos que la variante Delta llegó del exterior y obligó a retrasar el levantamiento de algunas de las restricciones, y causó muchos contagios, por lo que tenemos que estar seguros de hacer un análisis correcto de la situación e implantemos un pasaporte de vacunas internacional, declaró Rayner a Sky News.
Hasta el momento, solo los ciudadanos británicos e irlandeses y los residentes en el Reino Unido que estén totalmente vacunados pueden saltarse los 10 días de autoaislamiento obligatorio para las personas que ingresen al país desde lugares incluidos en la lista ‘ámbar’.
El ‘semáforo’ establecido por las autoridades británicas contiene además la categoría ‘verde’, en la cual solo hay un puñado de destinos a los que es permitido viajar libremente; y ‘roja’, a donde no es recomendable ir, so pena de tener que asumir al regreso todos los gastos de la cuarentena en un hotel designado por el gobierno.
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