De acuerdo con una investigación publicada por The Hill, uno de cada seis trabajadores electorales estadounidenses recibió amenazas contra su vida, y uno de cada tres dijo sentirse inseguro por su trabajo.
Muchos de ellos sufrieron robos en sus casas y su información privada fue publicada maliciosamente en Internet. Algunos huyeron de sus casas con sus familias y otros se enfrentaron a multitudes armadas fuera de sus centros de trabajo y hogares.
‘Casi nueve meses después de las elecciones del 3 de noviembre, la violencia contra los trabajadores electorales persisten’, aseguró Matthew Weil, director del Proyecto de Elecciones del Centro de Política Bipartidista.
Según expertos, las amenazas violentas fueron generadas por el mismo impulso que alentó la insurrección en el Capitolio de Estados Unidos el 6 de enero pasado: las repetidas mentiras del expresidente Donald Trump sobre el robo de las elecciones del 2020.
El número de administradores electorales que abandonaron su trabajo este 2021 es el más alto de los últimos años, confirmó Weil.
Eso es exactamente lo que no queremos para las personas encargadas de garantizar la democracia en el país. No se pueden tener comicios libres y justos sin trabajadores electorales que sean capaces de garantizarlas, el experto añadió.
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