A los 23 años, Zambrano hizo historia en una carrera que comenzó atrás, luego de una arrancada lenta y carente de potencia, pero como es habitual logró recortar distancias para asegurarse un puesto en el podio de premiaciones.
‘No fue mi mejor comienzo, aunque logré sacar fuerza y valentía para cumplir este sueño. No quería defraudar. Soy un guerrero de la vida y acabo de demostrarlo’, dijo en la conferencia de prensa.
El cafetero, subcampeón mundial en Doha 2019, paró los relojes en 44.08 segundos y solo fue superado por el bahamés Steven Gardiner (43.85), el mismo corredor que lo venció en la final de la citada lid del orbe.
‘Este es el premio al esfuerzo. Yo corría descalzo y en el colegio reunían dinero para pagarme el bus e ir a las competencias. Algo así demuestra que cuando existen sueños, solo es necesario luchar por ellos’, afirmó el nacido en la ciudad de Macao.
‘Quiero que la juventud colombiana vea un reflejo en mí. En el pasado muchas personas me olvidaron cuando las lesiones casi me alejan de las pistas, pero otras me apoyaron y eso dio la confianza para seguir adelante y trabajar más duro’, expuso el velocista, cuya marca personal la logró en la ronda semifinal (43.93).
El premio de bronce terminó en el cuello del granadino Kirani James (44.19), rey olímpico en Londres 2012, y quien vuelve a confirmarse como uno de los velocistas más estables del presente siglo XXI.
La prueba dejó como nota llamativa que Estados Unidos terminó fuera de las premiaciones en un territorio visto como suyo, tras encadenar siete títulos olímpicos consecutivos de 1984 a 2008, dejó de serlo, con los triunfos de James en 2012 y del sudafricano Wayde Van Niekerk en Río de Janeiro 2016.
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