Tras conversaciones binacionales entre delegaciones de alto nivel, celebradas en la panameña ciudad de Metetí, este lunes altos mandos militares y de los aparatos de Migración, se encontrarán en el puerto colombiano de Necoclí, desde donde parten en embarcaciones los irregulares para adentrarse en Centroamérica.
Estas medidas forman parte de los recientes acuerdos de los dos países para controlar la avalancha de personas que se aventuran a cruzar la inhóspita selva de Darién, compartida por ambas naciones, con rumbo de Sur a Norte con Estados Unidos o Canadá como destino final.
En Necoclí, en el departamento colombiano de Antioquia, están concentrados unos 15 mil migrantes de diversas nacionalidades, principalmente haitianos, quienes intentan cruzar en barco el Golfo de Urabá, para continuar viaje a través de la jungla.
La crisis creada por la masiva presencia en comunidades fronterizas de pocos recursos, requirió de la atención de los gobiernos, los cuales pactaron un plan urgente que incluye regular la cantidad de migrantes diarios que transitan para evitar el colapso de las capacidades de recepción del lado panameño.
También chequeo e intercambio de información de los grupos, establecer un trayecto por las trochas para disminuir los riesgos y actuar legalmente contra los criminales que asaltan a los caminantes.
La vicepresidenta colombiana y titular de Exteriores, Marta Lucía Ramírez y la canciller istmeña, Erika Mouynes, encabezaron las respectivas delegaciones que se reunieron el viernes pasado cerca de la frontera, para establecer soluciones al paso ordenado y seguro de la actual oleada.
‘Panamá está haciendo su parte y vemos con buenos ojos la voluntad de Colombia de sentarse a la mesa. Es positivo que este diálogo continúe y concretemos responsabilidades. Tenemos que construir un frente común ante este fenómeno transcontinental’, declaró a periodistas la canciller panameña.
El próximo 11 de agosto, la canciller istmeña convocó a los países que integran la ruta migratoria para una cumbre ministerial en busca de respuestas colegiadas y regionales a los peligros de este recorrido informal, cuyo destino son los países del Norte, señaló una nota del Ministerio de Relaciones Exteriores.
Noticias publicadas aquí por la prensa local informaron que, desde este domingo, las caravanas cambiaron el rumbo hacia el poblado de Acandí, en vez de Capurganá, ambos en Colombia, lo que pudiera constituir la nueva ruta promovida por las autoridades.
Al hablar con la prensa al finalizar la reunión de la semana anterior, Ramírez se refirió a la necesidad de combatir al crimen organizado que está detrás del amplio flujo migratorio, el cual se convirtió en su lucrativo negocio y, además, participa de las agresiones y asaltos a quienes avanzan por las trochas selváticas.
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