La medida entrará en vigor a partir de septiembre próximo, cuando la mayoría de los docentes volverán a clases tras las vacaciones de verano.
En esa fecha, se espera que la Agencia de Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA, por sus siglas en inglés) apruebe el uso total de la vacuna Pfizer.
Aquellos que decidan no vacunarse, deberán someterse a pruebas semanales para detectar los casos provocados por el SARS-CoV-2, causante de la pandemia.
El gobernador del estado, Gavin Newsom, informó que la norma aplica tanto a las escuelas públicas como a las privadas y deberán cumplirla más de 800 mil empleados, incluidos unos 320 mil profesores.
El personal de apoyo, como trabajadores de la cafetería y limpiadores, y los voluntarios escolares también deberán inmunizarse.
Newsom anunció la nueva política en una escuela en San Francisco que reabrió para las clases presenciales, como muchos otros centros docentes de la ciudad.
‘Vacunarse es lo correcto. Será la forma más sostenible de mantener nuestras escuelas abiertas y proteger la vida de nuestros niños, adolescentes y jóvenes’, dijo el gobernador.
Casi el 90 por ciento de los profesores ya fueron vacunados en ese estado. Aún así, el creciente número de contagios, en particular entre menores de edad, hace necesaria la nueva política, informó La Asociación de Maestros de California.
mgt/age