Casi el 90 por ciento son pastizales y arbustos pequeños, aseveró el funcionario, quien agregó que el Gobierno realiza todos los esfuerzos para que no lleguen a las reservas naturales.
En declaraciones a Bolivia Tv, Calvimontes apuntó la existencia de tres focos, por los cuales deben tener mucho cuidado a la forma que se presentan y el origen de los mismos.
Detalló que el primer incendio está ubicado aún en el municipio de San Matías, donde el fuego empezó a registrarse desde el 23 de julio. Por tanto, ‘ya llevamos casi 20 días trabajando en esa zona’, remarcó.
El 13 agosto se reportaron otros dos nuevos, uno en San José de Chiquitos, comunidad Taperas, y otro en Ascensión de Guarayos, Parque Ambue Ari.
Sobre estos últimos explicó que efectuaron un rastreo satelital y lograron identificar que comenzaron en lugares un poco dudosos.
Divulgó que elaboran un informe con soporte técnico para que la Fiscalía pueda sancionar a los responsables de las quemas.
‘Lo que llama la atención de todo esto es que de por medio hay intereses adicionales, un tema que abordamos con el equipo de la ABT (Autoridad de Fiscalización y Control Social de Bosques y Tierra)’, subrayó Calvimontes.
Diferentes investigaciones evidencian que el Oriente de Bolivia sufre los efectos del cambio climático, como la prolongada y cada vez más frecuente sequía, y que, con la arremetida de los fuegos, sobre todo los de 2019, se ve afectada la cobertura boscosa.
A la salud del bosque de esta nación andino-amazónica se relacionan el aprovisionamiento de agua, de madera, de alimentos, de plantas medicinales, la regulación de la temperatura, de los suelos, de plagas y enfermedades, entre otros factores.
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