En las costas del país identificaron 12 de las 65 variedades puras conocidas en el orbe, tras investigaciones del Ministerio de Ambiente (MiAmbiente) y del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, en las cuales encontraron mangle negro, blanco, rojo y piñuelo.
El territorio nacional cuenta con más de 165 millones de hectáreas cubiertas de estos ecosistemas costeros y aunque se localizan en todas las provincias, el 85 por ciento de esa área pertenece a las riberas del Pacífico y el resto se localiza en la vertiente Caribe, informó MiAmbiente en una nota oficial.
‘Datos realmente reveladores que sitúan al país como un territorio clave en la lucha frente al cambio climático, debido a que los manglares absorben y almacenan una gran cantidad de carbono no solo en su estructura física, también para el suelo’, señaló la fuente.
La abundancia y conservación de los manglares panameños permite que esos humedales sirvan de hábitat a 271 variedades de cangrejos violinistas, la mayor concentración del mundo, aseguraron especialistas del Plan de Conservación para los Humedales de la Bahía de Panamá.
Otras familias de la fauna que viven en estas zonas costeras del Istmo son pelícanos, cormoranes, gaviotas, gaviotines, nutria de río neotropical, cocodrilo americano, mono araña de Geoffroy, moluscos, crustáceos y peces en las primeras etapas de su vida, previo a su salida a mar abierto.
Un estudio socioeconómico realizado por la organización Conservación Internacional Panamá, en el Oriente Chiricano, demostró que solo en 13 mil hectáreas de manglar evaluados, se perciben beneficios alimentarios y económicos al país valorados en 27 millones de dólares anuales, por concepto de la pesca, protección costera, captación de carbono y turismo, entre otros.
A pesar de los esfuerzos por la conservación de esas áreas, que sirven además de protección para tormentas, marejadas y vientos fuertes, hay denuncias de tala indiscriminada de estas plantas, rellenos ilegales para la disposición de desechos sólidos contaminantes y basura doméstica.
En los manglares aledaños a la capital y otras ciudades marinas, se aprecia también gran cantidad de plásticos y otros elementos de difícil desintegración, los cuales arrastran las corrientes de ríos y arroyuelos utilizados indiscriminadamente como improvisados basureros.
Organizaciones protectoras del ambiente organizan con frecuencia limpieza en las costas que permiten accesibilidad de los voluntarios, además de buscar disímiles formas para evitar que los desechos sean arrastrados por los pluviales hacia el mar.
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