‘Estamos controlando la entrega de pan, indicó un empleado, solo vendemos la mitad de la cantidad habitual’.
En Sidón, 44 kilómetros al sur de Beirut, los clientes solo pueden comprar una bolsa cada uno y a un precio cuatro veces mayor que hace un año.
Según la ONU, de finales de 2019 a la fecha, la inflación de los alimentos básicos en Líbano aumentó en 400 por ciento.
El costo de una canasta para una sola familia es cinco veces el salario mínimo nacional, de acuerdo con el Observatorio de Crisis de la Universidad Americana de Beirut.
‘Una vez que pagamos el alquiler de la casa, no nos queda dinero’, apuntó Jamal Abdul Qader, quien trabaja en una pastelería y necesita mantener cinco hijos.
Cifras del Banco Mundial dan cuenta que casi 80 por ciento de los libaneses pasó a estar por debajo del umbral de la pobreza, calculado en 3,64 dólares diarios.
De octubre de 2019 a la actualidad, la moneda nacional perdió más de 100 por ciento de su valor respecto al dólar.
En el mercado negro, el billete verde se compra de 19 mil a 20 mil por libra libanesa, aunque la tarifa oficial es de mil 500.
Los comerciantes minoristas necesitan las divisas para comprar sus mercancías que se encarecieron a ese mismo ritmo y para salvar sus negocios, traspasan la diferencia a sus clientes.
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