De las tres tormentas que se formaron recientemente en el océano Atlántico, Henri, que se desarrolló el lunes frente a la costa este del país, es la más reciente, y por su rumbo se convertirá en el primer huracán que toca la región en los últimos 30 años.
El viernes por la noche las autoridades emitieron un aviso de huracán para partes de Long Island y la costa de Connecticut.
Una advertencia de marea de tormenta, que se emite cuando hay peligro de inundaciones que amenazan la vida por la subida del agua, también estaba en efecto para partes de Long Island, Connecticut y Massachusetts, incluyendo Nantucket y Martha’s Vineyard, dijo el Centro Nacional de Huracanes.
Asimismo una advertencia de tormenta tropical estaba en efecto para áreas desde Manasquan, Nueva Jersey, hasta el oeste de East Rockaway, Nueva York, incluyendo la ciudad dhomonima, dijo el Centro de Huracanes.
En Connecticut, el gobernador Ned Lamont, declaró el estado de emergencia el viernes en la noche, lo que posibilitaría que el estado reciba ayuda federal necesaria para la respuesta a la tormenta.
Se espera que Henri traiga hasta seis pulgadas de lluvia sobre Nueva Inglaterra el domingo y el lunes, con totales aislados cercanos a las 10 pulgadas. Las fuertes lluvias en la zona podrían provocar inundaciones. Algunas zonas costeras podrían experimentar mareas de tempestad de hasta 1,5 metros, precisa un informe citado por el diario The New York Times.
El Centro de Huracanes predijo el viernes por la noche que ‘las fuertes lluvias podrían provocar considerables inundaciones repentinas, urbanas y de pequeños arroyos’ en partes de Long Island y Nueva Inglaterra el domingo y el lunes.
Mientras, el Servicio Meteorológico Nacional de Nueva York informó que en Long Island y Connecticut era probable que se produjeran vientos destructivos, mareas de tempestad potencialmente mortales y lluvias torrenciales.
En 1991, el huracán Bob azotó Nueva Inglaterra, donde mató al menos a una docena de personas, derribó líneas eléctricas y destrozó casas al inundarse los barrios.
Los vínculos entre los huracanes y el cambio climático son cada vez más evidentes. Un planeta que se calienta puede esperar huracanes más fuertes con el tiempo, y más tormentas poderosas, señaló el Times.
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