Durante una ceremonia celebrada el domingo en esta capital, la actual jefa de gobierno exhortó a los socialcristianos (CSU) a ‘luchar juntos’ para garantizar que a su mandato le sigan más años de gobierno conservador.
Ambos partidos conforman una antológica y victoriosa coalición pero sus pretensiones de continuar al frente de los destinos del país chocan hoy con el descontento popular ante lo que los electores califican de mala gestión para enfrentar la pandemia y las inundaciones que afectaron recientemente al territorio nacional.
Merkel llamó a Laschet ‘futuro canciller de la República Federal de Alemania’ y expresó que su trayectoria política está signada por los preceptos de su partido y su país.
El actual líder de la CDU es también primer ministro del estado de Renania del Norte-Westfalia, el más poblado de la nación, pero su trayectoria política emergió en el año 1994 cuando se convirtió en miembro del Bundestag (Cámara Baja del Parlamento).
Varios analistas consideran la intervención de Merkel en la campaña electoral como un espaldarazo importante para Laschet que ahora solo contabiliza el 20 por ciento de respaldo popular, aunque unos meses atrás contaba con el apoyo de más de un tercio de los electores.
En su momento el primer ministro del estado de Hesse, Volker Bouffier, calificó al candidato oficialista como ‘excepcionalmente idóneo’ y abogó por la unidad dentro de la coalición para consolidar su postulación, entonces disputada por el líder del CSU, Markus Soder.
Ahora, a poco más de un mes para las elecciones del 26 de septiembre el pretendiente de los socialdemócratas (SPD), Olaf Scholz, estrechó diferencias con Laschet, pero ambos tienen la presión de la ecologista Annalena Baerbock, que asciende en la intención de voto.
Esa repentina escalada rival despertó las alarmas dentro de la coalición gobernante y poco faltó para que el aspirante oficialista fuera reemplazado a última hora debido a reproches por su ‘falta de carisma’ y su actitud pasiva ante el inclemente avance de la Covid-19 en el país.
Dentro del gobierno otros líderes de su propio partido eran partidarios de una actitud más firme para frenar la progresión de la pandemia.
Sin embargo, Merkel ratificó su respaldo a Laschet, exaltó sus ‘cualidades humanas’ y alabó su intención de ‘construir puentes entre los individuos’.
Dentro de solo un mes los electores alemanes irán a las urnas para votar por los 709 diputados que conformarán el Bundestag.
De los nuevos legisladores dependerá la decisión de quien sustituirá a la actual jefa de gobierno, quien por 16 años llevó las riendas del país y ahora cifra sus esperanzas en Armin Laschet para extender su legado.
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