Apenas un cuarto de los partidarios del binomio integrado por la Unión Demócrata Cristiana (CDU) y la Unión Social Cristiana (CSU), persiste en dar su voto a Laschet, mientas el siete por ciento se mostró indeciso.
La pregunta del estudio realizado por el instituto demoscópico Civey contraponía la figura del candidato oficialista a la de Markus Soder, líder de la CSU y ex rival del también primer ministro de Renania del Norte-Westfalia, el estado más poblado del país.
Otra encuesta divulgada el martes y realizada por el instituto demoscópico Forsa ubicó al Partido Socialdemócrata (SPD) a la cabeza en la intención de voto de cara a los sufragios de septiembre.
Días atrás la canciller federal Angela Merkel salió al rescate de Laschet y exhortó a los socialcristianos a ‘luchar juntos’ para garantizar que a su mandato le sigan más años de gobierno conservador.
La CDU y la CSU conforman una antológica y victoriosa coalición pero sus pretensiones de continuar rigiendo los destinos del país chocan con el descontento popular ante lo que los electores califican de mala gestión para enfrentar la pandemia y las inundaciones que afectaron recientemente al territorio nacional.
Merkel llamó a Laschet ‘futuro canciller de la República Federal de Alemania’ y expresó que su trayectoria política está signada por los preceptos del partido y el país.
Varios analistas consideran su intervención en la campaña electoral como un espaldarazo importante para Laschet ante una repentina escalada rival que despertó las alarmas dentro de la coalición gobernante.
Dentro de solo un mes los electores alemanes irán a las urnas para votar por los 709 diputados que conformarán el Bundestag.
De los nuevos legisladores dependerá la decisión de quien sustituirá a la actual jefa de gobierno, quien por 16 años llevó las riendas del país y ahora cifra sus esperanzas en Armin Laschet para extender su legado.
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