Con el desacuerdo de los tres jueces liberales, el tribunal señaló que es posible que el gobierno violara la ley federal en su intento de rescindir un programa conocido informalmente como Quédate en México, cuyo nombre oficial es Protocolos de Protección al Migrante (PPM).
La política del gobierno de Donald Trump obliga a los solicitantes de asilo a esperar en México a que llegue la fecha de las audiencias para su caso.
Samiel Alito, juez federal en Texas, ordeno previamente la reinstauración del programa en respuesta a una demanda de los fiscales generales de su estado y de Misuri en respuesta a una de Biden de suspender el fallo que emitió.
La actual administración buscó desde que asumió el cargo en enero revertir muchas de las políticas de inmigración de línea dura de Trump, un esfuerzo que los expertos señalaban que enfrentaría un escabroso camino, más cuando el máximo tribunal del país está integrado por una mayoría diseñada al gusto de los conservadores.
El fallo de la Corte somete a los indocumentados –principalmente los llegados de Centroamérica– a condiciones peligrosas en las ciudades fronterizas mexicanas, estiman activistas y grupos defensores de los inmigrantes.
Omar Jadwat, abogado de la Unión Estadunidense por las Libertades Civiles (ACLU), argumentó que el gobierno de Biden debe tomar todas las medidas disponibles para poner fin por completo a este programa ilegal, incluso terminando con una explicación más completa.
Luego de esta decisión no son pocos los expertos que predicen la reforma de las leyes migratorias enfrentara un camino difícil, tal como indicaron previsiones que aseguraron a los demócratas les sería difícil desbaratar el entramado antiinmigrante creado bajo del gobierno de Trump.
Pero, algunos como Maribel Hastings, asesora y columnista de America’s Voice y America’s Voice Education Fund, aseguran que el reclamo de una reforma migratoria no puede esperar más.
Al aproximarse el otoño comienza la cuenta regresiva para el fin de 2021 y, con ello, la posibilidad de que muchos asuntos legislativos se resuelvan o vuelvan a quedarse en el tintero, estimo la experta en un artículo en el diario La Opinión, de Los Angeles, California.
Todavía no está claro si finalmente este año se producirá un resultado favorable para los millones de indocumentados que llevan décadas aguardando por una resolución; o si, como suele suceder, el asunto vuelva a ser tema electoral con los republicanos explotándolo de forma racista y los demócratas haciendo promesas que nunca cumplen, apuntó.
En la actualidad hay una mayoría demócrata en el Congreso y eso pudiera obligar a los azules a avanzar una ley de reforma migratoria que demuestre a los electores, sobre todo a quienes votaron por ellos, que son capaces de hacer realidad sus promesas de campaña.
Desde hace algunos años, los demócratas fracasaron en poner el tema migratorio como prioridad, incluso cuando Barack Obama estuvo en la presidencia el tema fue relegado en favor de la reforma de salud.
Cuando quisieron avanzar ya habían perdido la mayoría que le hubiera permitido avanzar pese a las discrepancias internas entre liberales y conservadores.
Ahora en el poder, controlando ambas cámaras del Congreso y la Casa Blanca, comienza la misma pelea interna como si las mayorías que tienen fueran eternas y como si pudieran darse el lujo de perder el tiempo con rencillas que les impiden producir resultados, opino Hastings.
Quienes dieron a los demócratas el privilegio de recuperar la Casa Blanca y de controlar el Congreso —los votantes— están hartos de excusas y retrasos y esperan que finalmente se hagan realidad las promesas que llevan años formulando.
Las próximas semanas y meses determinarán si hay progreso en el tema o si volvemos al mismo cansado libreto electoral de que ‘casi se pudo’, pero se logrará ‘si vuelves a elegirme’, comentó Hastings como colofón a un asunto que históricamente se considera un rehén de intereses políticos en la nación.
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