Se trata del economista Gino Lorenzini, fundador de Felices y Forrados, empresa de asesoría financiera que cerró este año tras varias denuncias, y Diego Ancalao, académico de origen mapuche respaldado por la Lista del Pueblo, grupo de activistas surgidos tras el estallido social de octubre de 2019.
En el caso de Lorenzini, se inscribió como independiente (sin filiación política) ante el Servel, pero este argumentó haber comprobado que seguía inscrito en el Partido de la Gente, que lleva de candidato a su fundador, Franco Parisi.
La situación más comprometida la presenta Ancalao, quien fue rechazado por unanimidad por la directiva del Servel, ya que presentó solo 33 mil 369 patrocinios válidos de su candidatura, de 33 mil 990 exigidos.
Pero lo peor es que de esas firmas 23 mil 135 fueron ‘oficializadas’ ante una notaría que dejó de operar en 2018 y cuyo notario, Patricio Zaldívar Mackenna, murió en febrero de este año, reveló el Servel.
Esto, indican medios de prensa, tendría implicaciones judiciales, pues el ente electoral instruyó a su director nacional denunciar ante la Fiscalía para que investigue estos hechos que pueden revestir ‘delitos contenidos en la ley electoral y el Código Penal’.
No obstante, desde el comando electoral de Ancalao señalaron este jueves que denunciaron lo que calificaron como anomalías en el proceso de inscripción de la postulación.
Por su parte, Ancalao anunció que mañana su abogada presentará un requerimiento ante el Tribunal Electoral y dijo no saber si el cuestionamiento a las firmas tendrá que ver ‘con que yo sea el primer candidato mapuche a la Presidencia’.
También Lorenzini se defendió en un video circulado por redes sociales, al señalar que el Servel no actuó de acuerdo a debido proceso y que apelará la decisión de sacarlo de la boleta de las elecciones presidenciales.
Ahora la lista de candidatos presidenciales quedaría solo con siete nombres.
Estos son Gabriel Boric, por el bloque de izquierda Apruebo Dignidad; Sebastián Sichel, de la coalición de derecha Chile podemos +, la demócrata cristiana Yasna Provoste, del centrista Nuevo Pacto Social, y José Antonio Kast, del ultraderechista Partido Republicano.
Completan la relación Marco Enríquez-Ominami, presidente del Partido Progresista (PRO); el economista Franco Parisi, del Partido de la Gente, y Eduardo Artés, de la Unión Patriótica, conglomerado de movimientos de izquierda.
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