Al hacer un resumen del prolongado debate sobre la fundamentación de su pedido de confianza del Legislativo al Gabinete Ministerial, anunció que haría una aclaración que no era importante para quienes actúan por consignas.
Aludió así a los partidos derechistas Fuerza Popular, Avanza País y Renovación Popular, que rechazaron en bloque atender su pedido de confianza, sin la cual el gabinete en pleno tendría que renunciar.
Frente a los constantes ataques de esos grupos, señaló que ni él, ni el presidente Castillo y ninguno de los ministros tienen sentencia por terrorismo y el gobierno no plantea ningún programa que responda a realidades distintas a la de Perú.
‘No podemos avanzar con aquellas voces que no tienen la menor intención de pensar en el país sino en algunos hechos de la historia’, afirmó en referencia a las acusaciones de supuestos vínculos del gobernante Partido Perú Libre, Bellido y varios congresistas y ministros, con grupos armados casi extintos o afines.
Llamó a aprender a entenderse en democracia y señaló que, tras la ardua contienda electoral, ‘debemos trabajar juntos para todos los peruanos y no debemos crearnos fantasmas’.
‘Aquí no hay una sola persona vinculada de algún modo con el terrorismo’ y sostener lo contrario es buscar otro propósito, por lo que ‘ruego en nombre de millones, que no sigamos esto’, puntualizó.
Garantizó que el Gobierno defiende y promueve los derechos constitucionales y llamó a no dar espacio a la intolerancia, que genera terrorismo económico y desconfianza porque muestra inestabilidad, peor aún cuando se hace en el Congreso.
Ofreció recoger las críticas y sugerencias de los legisladores ajenos al oficialismo, los que marcaron así diferencia con las intervenciones derechistas, cargadas de epítetos, anticomunismo y frases como la de ‘con el terrorismo no se negocia’.
Bellido pidió no repetir lo sucedido durante el previo periodo constitucional, en el que los conflictos políticos generaron una crisis continua que determinó que el país tuviera cuatro presidentes en cinco años.
Pidió que se le permita cerrar posteriormente su participación con unas palabras en quechua, pues millones no entendieron nada de lo que había expuesto y sería ingrato para su madre, campesina quechua-hablante, no pudiera tampoco escuchar su saludo.
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