El estallido comenzó este viernes cuando los residentes de la aldea de Anqoun Aina, con predominio musulmán chiita, intentaron abrir a la fuerza una estación de servicio en la vecina Maghdouse, de mayoría cristiana.
Según la Agencia Nacional de Noticias, el altercado se libró a las cuchilladas con un saldo de seis personas heridas.
Ayer, los aldeanos de Anqoun Aina volvieron por venganza, destrozaron vehículos en la aledaña localidad y vandalizaron íconos religiosos.
Los dirigentes del movimiento Amal (musulmán chiita) y de Fuerzas Libanesas y Kataeb (cristianos) se apresuraron a declarar que los enfrentamientos surgieron de manera espontánea.
En ambos casos, tomaron en cuenta que las dificultades del colapso económico podrían intensificar las divisiones sectarias causantes de algún modo de la guerra civil de 1975-1990.
Los habitantes de Anqoun Aina comunicaron que la disputa era personal y condenaron el incidente en la gasolinera de Maghdoushe, precisaron en una nota publicada por los medios.
Las peleas por combustible en las estaciones de servicio pasaron a ser parte del panorama nacional como resultado de una escasez que incluso obligó a la compañía estatal de electricidad a ofrecer una o dos horas de servicio.
La guerra civil de 1975-1990 enfrentó a partidos pro-palestinos en su mayoría musulmanes contra grupos de derecha, con predominio de cristianos.
Ese conflicto finalizó tras el acuerdo de Taif, en Arabia Saudita, que distribuyó de manera más equilibrada el poder entre las 18 sectas religiosas reconocidas en el país.
Las dos ciudades libanesas dentro del distrito de Sidón, 40 kilómetros al sur de esta capital, amanecieron en una tensa calma a raíz del despliegue del Ejército.
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