‘Cuando los hombres de abajo, los de yanque (sandalia artesanal hecha de neumáticos descartados), los de sombrero, asumen responsabilidades, hoy han salido a decir ‘incapaz’ y que estamos en un desgobierno’, dijo en un discurso en la localidad centro-selvática de Mazamari, en la entrega de un conjunto de viviendas bioclimáticas.
Añadió que ‘no quieren que quitemos la plata a los corruptos porque hoy quieren tumbarse a los ministros para poner a sus aliados, a los que se han coludido con sus empresas, a los que se han coludido con los que han corrompido al país’, criticó el mandatario.
La presión por reemplazos se enfoca en el ministro de Trabajo, Íber Maraví, a quien le pidió renunciar el primer ministro, Guido Bellido, pero se niega a ceder a la presión de la ultraderecha, según dice, y ha puesto su cargo a disposición del presidente Castillo, quien no se refirió al tema.
Insistió también en negar que su administración tenga vínculos con el terrorismo, acusación que medios de prensa y políticos opositores lanzan usando informes policiales de hace décadas y otros recursos, para descalificar al primer ministro y varios titulares e invitó a sus críticos a debatir en el interior del país.
‘Ojalá que el próximo ministro o los próximos ministros salgan de esta comunidad, porque no vamos a dar tregua a la gente que quieren poner(los) a su antojo para comerse los presupuestos del Estado’, aseveró.
Dijo de otro lado que cumple una gestión gubernamental a favor de los peruanos, y nadie le impondrá la agenda de trabajo, salvo el pueblo. ‘No vamos a caer en el juego sucio que quieren imponer en la capital’, añadió el maestro rural llegado a la Presidencia.
Condenó además la politización del hambre del pueblo y la canasta familiar, en referencia a las alzas de precios en especial del gas doméstico, el pan, el aceite comestible y otros productos.
Sobre el tema, Castillo dijo que ‘vamos a ponerle fe y empeño para darles una respuesta al respecto’.
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