Aunque es casi rutinario que un nuevo gobierno realice un cambio de ese tipo, la medida fue precedida por persistentes rumores de medios de prensa opositores que la relacionan con cuestiones políticas.
Para ocupar el cargo, el nuevo titular policial fue ascendido al grado de teniente general, el más alto, por lo que, según fuentes policiales, el relevo implicaría la baja de los demás oficiales del mismo rango.
Hasta su designación, Gallardo se desempeñaba como director nacional de Orden y Seguridad de la Policía, cargo que no está entre los más importantes y que ocupó desde fines del año pasado.
Al mismo tiempo y tras similar ascenso de grado, el general Martín Parra fue nombrado inspector general de la Policía y Enrique Soto fue designado jefe de Gabinete de Asesores de la Alta Dirección del Ministerio del Interior, cuyo titular es el exfiscal Anticorrupción Juan Carrasco.
Los relevos se anunciaron en medio de especulaciones alimentadas por el opositor exministro del Interior Carlos Basombrío, quien sostuvo que el jefe policial saliente, César Cervantes, fue relevado por no informar al Gobierno sobre el allanamiento a locales del partido gobernante Perú Libre.
Otras fuentes similares vincularon el relevo a las denuncias de que el secretario general de Perú Libre, Vladimir Cerrón, objeto de una constante campaña mediática y política opositora, contaba con escolta policial en forma irregular.
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