Cerca de siete millones en el país pierden a partir de hoy, el llamado Labor Day, los beneficios que recibían a causa de los efectos de la pandemia, al expirar las redes de seguridad,
Asimismo otros tres millones de estadounidenses que están en situación de precariedad perderán el aumento de 300 dólares de las prestaciones estatales por desempleo aprobadas en marzo, salvo que el gobierno intervenga.
Citado por medios de prensa, Jared Bernstein, del Consejo de Asesores Económicos de la Casa Blanca, no adelantó una intervención gubernamental y sostuvo que la economía de 22 billones de dólares funciona en gran medida gracias al impulso y tenemos un fuerte impulso en la dirección correcta en nombre de la fuerza de trabajo estadounidense.
La caída de las ayudas hoy formó parte de un acuerdo alcanzado en marzo para prorrogar los apoyos federales a los desempleados del proyecto de ley de ayuda Covid-19, de 1,9 billones de dólares.
En ese entonces, la economía parecía dispuesta a experimentar un enorme repunte a medida que las vacunas contra el coronavirus se hacían más accesibles y las actividades de verano parecían reanudarse.
Pero, la situación no mejoró como esperaban el gobierno y los expertos, y en la última semana de agosto un informe mostró una desaceleración en la contratación, lo que adelantó un mercado laboral más difícil de cara a septiembre.
Al respecto, el diario The Washington Post, señaló que en la Casa Blanca existe un gran nivel de ansiedad en torno a la finalización de las prestaciones de desempleo, ya que a algunos miembros del gobierno de Biden les preocupa que este final abrupto de la ayuda pueda empujar a muchos a la pobreza.
Desde marzo de 2020 se entregaron alrededor de 680 mil millones de dólares en ayudas de emergencia al desempleo, informó el Post.
Hasta ahora tres programas que cubren un total de 12,1 millones de personas terminan este lunes sin que la Casa Blanca o el Congreso tomen medidas.
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