Los legisladores se preparan para las batallas presupuestarias a finales de este mes, cuando regresen a Washington, donde correrán contra el reloj para aprobar un gasto de billones de dólares, mientras los del partido rojo presionan de cara a mantener la caótica retirada de Afganistán en el centro de atención.
En los días que restan de septiembre, la Cámara de Representantes pretende aprobar dos importantes leyes: un proyecto de ley bipartidista de infraestructuras de aproximadamente un billón de dólares y un próximo paquete de gastos de 3,5 billones de dólares respaldado por los demócratas que impulsaría partes clave de la agenda económica del presidente Joe Biden.
En ese escenario donde incluso algunos demócratas pudieran apartarse de la línea partidista, los congresistas tendrán que aprobar, además, una ley de financiación del gobierno para evitar un cierre el 1 de octubre.
Los líderes de la Cámara de Representantes fijaron el 27 de septiembre como fecha límite para votar el proyecto de ley bipartidista de infraestructuras, mientras los presidentes de las comisiones se apresuran a terminar de redactar sus partes del paquete de gastos más amplio antes del 15 de septiembre con vistas a celebrar una votación en el pleno poco después.
Según informes, los liberales amenazan con bloquear el proyecto de ley bipartidista si llega al pleno antes de la medida exclusiva de los demócratas, la cual se centra en cuestiones como la atención sanitaria, el cambio climático y la educación.
Un reciente análisis del diario The Hill, especializado en temas del Congreso, aseguró que los demócratas se enfrentan a un septiembre de pesadilla, un mes repleto de plazos y luchas por sus principales prioridades.
Los numerosos retos legislativos en un plazo reducido pondrán a prueba la unidad demócrata y ofrecerán muchas oportunidades a los republicanos para tender trampas políticas a un año de las elecciones legislativas de 2022, en las cuales se sienten cada vez más optimistas sobre sus posibilidades, sostiene la publicación, señaló The Hill.
El tema presupuestario está en el centro de la agenda económica y legislativa de la administración Biden, y de él dependen programas de infraestructuras, viales, programas de beneficio social y el presionante tema del cambio climático que hace estragos en el país.
A estos problemas se añaden la inminente decisión sobre el techo de la deuda, el conflicto sobre el derecho al voto que llegará al Senado a mediados de septiembre, las persistentes secuelas de Afganistán y, tras una controvertida decisión del Tribunal Supremo, una acalorada lucha sobre el aborto.
‘Creo que es una agenda completa’, dijo el senador Dick Durbin (demócrata de Illinois) a The Hill.
La Cámara de Representantes regresará el 20 de septiembre, lo cual es un apremio de tiempo para los demócratas que buscan lograr un paquete de gastos de 3,5 billones de dólares antes de los plazos clave establecidos por los líderes de ambas cámaras.
Cuando restan pocas jornadas, además, los demócratas todavía están tratando de fijar la forma de pagar el paquete, salvar las divisiones sobre el fortalecimiento de la Ley de Asistencia Asequible y la ampliación de Medicare, redactar el lenguaje de la reforma migratoria y limar las secciones sobre el cambio climático.
Según The Hill ya hay señales de advertencia en medio de las tensiones entre moderados y progresistas, que ni Charles Schumer, líder de la mayoría en el Senado, ni la presidenta de la Cámara, Nancy Pelosi (demócrata de California) pueden permitirse perder si quieren llevar los dos proyectos de ley a la mesa de Biden.
mem/lb
