Al respecto, el secretario general de la mayor organización internacional, Antonio Guterres enfatizó este fin de semana que es fundamental evitar el colapso de la economía afgana y un mayor sufrimiento de la población.
Sus consideraciones partieron del hecho de que una caída total de la economía de esa nación no beneficiaría a nadie y que, por lo mismo, es crucial encontrar excepciones a las medidas y sanciones impuestas por algunos Estados y el Consejo de Seguridad para impedir su quiebre.
‘Eso no significa reconocer nada, ni haber tomado una decisión en particular, significa buscar maneras de que lleguen flujos suficientes de recursos para evitar el colapso’, recalcó.
Guterres reiteró el compromiso de la ONU con el pueblo afgano, y recordó que el organismo tiene presencia en el país desde 1947 con una labor humanitaria urgente hoy para aliviar las condiciones desesperadas del país, donde el 93 por ciento de la población está al borde la pobreza extrema.
A ello se suma que tres de cada cuatro afganos comenzaron a reducir sus comidas o a recurrir a ayuda para conseguirlas tras la toma de Kabul por los talibanes, según revelaciones del Programa Mundial de Alimentos (PMA).
También un sondeo, realizado entre el 21 de agosto y el 5 de septiembre en las 34 provincias del país, arrojó que muchas familias tienen problemas para conseguir alimentos altos en proteínas (carne, lácteos y verduras).
‘Algunos padres están saltándose comidas enteras para que puedan alimentarse sus hijos’, denunció la subdirectora del PMA en Asia-Pacífico, Anthea Webb, quien subrayó que la inseguridad alimentaria ya estaba presente en Afganistán antes de que los talibanes se hicieran del poder, aunque ha empeorado con el nuevo entorno político.
Por ejemplo, en los hogares afganos se consumía como promedio carne o lácteos una vez por semana antes de agosto, y ahora lo hacen sólo una vez cada 15 días e incluso tienen limitaciones para conseguir suficiente suministro de cereales, según los datos manejados por esa agencia de la ONU.
Actualmente la escasez de alimentos y la pérdida de empleos son las principales preocupaciones de las familias encuestadas, destacó la responsable del PMA, que además alertó sobre la llegada del invierno y el posible empeoramiento en los próximos meses de la ya endeble economía.
Según estimaciones de ese organismo, él solo necesita 200 millones de dólares hasta finales de año para ayudar a 14 millones de afganos, de una población total de 38 millones. En total mil 300 millones de dólares son necesarios para esfuerzos generales de ayuda humanitaria.
Mientras tanto, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, Unicef, afirmó que ‘Afganistán es un país en crisis, y los que son menos responsables están pagando el precio más alto. Diez millones de niños necesitan desesperadamente ayuda humanitaria y si no se toman medidas inmediatas, un millón de menores de cinco años sufrirán desnutrición potencialmente mortal antes de que acabe el año’.
Entonces la advertencia es clara: el alivio a la crisis humanitaria no puede esperar las decisiones políticas sobre el levantamiento de las sanciones, puesto que millones de afganos necesitan ayuda desesperadamente y la precisan ahora.
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