Esa reforma de la carta magna era de esperar tras el mandatario desarticular las instituciones básicas del gobierno: destituir al gabinete y anular la actividad parlamentaria, acciones calificadas por la oposición como autogolpe de Estado, lo cual rechazó el gobernante en medio de la crisis institucional tunecina.
‘Busco a gente que sea impecable’, explicó Saied en declaraciones a la prensa y añadió que ‘Hace poco tuvimos una reunión para elegir a los miembros del Gobierno y seguiré examinando a gente en la que se pueda confiar’, indicó.
En julio el mandatario asumió todos los poderes y a finales de agosto amplió la suspensión del Parlamento y mantuvo la retirada de la inmunidad de todos los legisladores ‘hasta nuevo aviso’.
Saied se basó en que fue una respuesta dentro de sus funciones constitucionales a las movilizaciones contra la gestión de la pandemia, la corrupción y la grave crisis económica.
Asimismo, el político rechazó las acusaciones que le señalan como responsable de la inestabilidad institucional y de actuar en contra de la Constitución, y aseguró seguir ‘respetando la legalidad democrática’.
El jefe de Estado destituyó al Gobierno y suspendió el funcionamiento del Parlamento para asumir sus competencias, e insistió que fueron medidas excepcionales para salvar al país.
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