En ese periodo los niveles de deuda total —que incluyen la gubernamental, doméstica y corporativa y bancaria— subieron en 4.8 billones de dólares a 296 billones de dólares, tras ligera disminución en el primer trimestre, y se situó 36 billones de dólares por encima de las cotas registradas antes del impacto de la Covid-19.
Este incremento fue mayor en los mercados emergentes, en los cuales la deuda total escaló 3.5 billones de dólares entre abril y junio con respecto al trimestre previo para alcanzar cerca de 92 billones de dólares.
En opinión del director de investigación de sostenibilidad del Instituto, Emre Tiftik, ‘si los préstamos continúan a este ritmo, esperamos que la deuda global supere los 300 billones de dólares’.
El IIF resaltó como una señal positiva para las perspectivas de la deuda, una disminución en ratio deuda/PIB (producto interno bruto) mundial por primera vez desde el inicio de la crisis sanitaria.
En el segundo trimestre la deuda como porcentaje del PIB cayó alrededor del 353 por ciento, desde un máximo de 362 puntos porcentuales vistos de enero a marzo.
El organismo señaló que de los 61 países que observó, 51 registraron un descenso en los niveles de deuda/PIB, mayormente debido a un fuerte repunte en la actividad económica.
Sin embargo, apuntó, en muchos casos la recuperación no fue lo suficientemente fuerte como para hacer que los índices de endeudamiento volvieran a las cifras previas a la pandemia.
De acuerdo con los expertos la relación deuda/PIB total, excluyendo el sector financiero, está por debajo de los niveles prepandémicos en solo cinco países: México, Argentina, Dinamarca, Irlanda y Líbano.
El informe añadió que China registró un aumento más pronunciado en sus niveles de deuda en comparación con otros países, mientras que la de los mercados emergentes (excluida esa nación asiática) ascendió a un nuevo récord de 36 billones de dólares en el segundo trimestre, impulsada por un ascenso en el endeudamiento público.
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