Durante los últimos días la compañía Electricité du Libano apenas tributó una o dos horas diarias a la red nacional, mientras la población recurrió a generadores privados, cuyos dueños subieron cinco veces sus tarifas.
La nación con costas al mar Mediterráneo oriental carece de divisas para comprar combustible derivado de lo cual está a punto del colapso.
Líbano e Iraq acordaron intercambiar servicios médicos por hidrocarburos, con los cuales las autoridades de este país aspiran a aliviar la situación energética.
Del otro lado, la nación mesopotámica, rica en petróleo, mejorará la atención especializada ante un aumento vertiginoso de la pandemia de la Covid-19.
Según el pacto comercial, Líbano recibirá una sexta parte de sus necesidades totales de combustible y aportará sus experiencias para formar personal y administrar hospitales, con expertos y equipos especializados.
Los cortes de energía forman parte del panorama libanés desde el fin de la guerra civil de 1975-1990 a lo largo de años, pero ahora la situación tocó fondo, al punto que se iría a una oscuridad total si no aparece el dinero para comprar combustible.
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