Los legisladores advirtieron que la violencia podría estallar durante los próximos comicios si no se endurecen las sanciones penales contra quienes amenacen el proceso democrático.
Espero que no lleguemos a ese extremo, dijo la representante demócrata de Georgia, Nikema Williams, sobre la posibilidad de que se produzcan nuevas agresiones contra los trabajadores electorales.
Sin embargo, esa es la línea de tendencia. Lo que ocurrió en el Capitolio de Estados Unidos el 6 de enero pasado es prueba de lo que puede suceder si no se toman las medidas adecuadas para evitarlo.
Según una encuesta realizada en abril por el Centro Brennan para la Justicia, uno de cada seis trabajadores electorales que participaron en los comicios de noviembre del 2020 recibió amenazas de violencia, mientras que uno de cada tres dijo sentirse inseguro por esa labor.
Muchos reportaron robos en sus casas, huyeron con sus familias hacia otras ciudades, o se enfrentaron a multitudes armadas fuera de sus lugares de trabajo y hogares.
A casi un año de la jornada electoral en la que resultó ganador el presidente Joe Biden las amenazas persisten, explicó Williams.
Las elecciones del 2020 ocurrieron con transparencia, en medio de niveles históricos de asistencia a pesar de la pandemia, y no es justo que los trabajadores que hicieron esto posible sean pagados con acoso, aclaró.
De acuerdo con la publicación The Hill, las autoridades estatales han hecho muy poco para responsabilizar a los autores de las amenazas violentas contra el personal electoral.
La humillaciones y agresiones ocurrieron tras los insistentes reclamos del expresidente Donald Trump (2017-2021) de fraude durante el pasado sufragio.
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