Los expertos en salud afirman que la oposición a las inyecciones rutinarias, que hasta ahora tuvo un bajo nivel, podría ganar fuerzas tras el aumento de las críticas al plan de vacunación del presidente Joe Biden por parte de gobernadores del Partido Republicano.
El académico del Instituto de Tecnología de Nueva York (NYIT, por sus siglas en inglés) Jonathan Berman, advirtió que las críticas dan más legitimidad e impulso al movimiento antivacunas y su resistencia a la exigencia de vacunas de cualquier tipo, incluso para los niños y los miembros del ejército.
Esta realidad podría desencadenar una crisis de salud pública evitables, como la reaparición de brotes de enfermedades como el sarampión y las paperas, dijo.
La periodista Justine Coleman advirtió que, si más padres deciden abstenerse de vacunar a sus hijos, la resistencia infantil para ciertas enfermedades caerá por debajo del umbral de inmunidad de rebaño, por lo que se propagarán con más facilidad.
De acuerdo con Coleman, el movimiento antivacunas comenzó mucho antes del brote de Covid-19, pero la pandemia brindó a los activistas la oportunidad de reforzar sus filas en medio de la ansiedad e incertidumbre de la gente ante la evolución del coronavirus.
Ellos difundieron que el virus no es tan malo, que las vacunas no son seguras y que la gente no debe confiar en los médicos, aseguró la periodista.
El debate sobre las vacunas se intensificó en los últimos diez días después de que Biden anunciara que todos los empleadores privados con 100 o más trabajadores tendrían que imponer la vacunación contra la enfermedad causada por el SARS-CoV-2.
Muchos miembros del Partido Republicano, alentados por el expresidente Donald Trump (2017-2021), tacharon la política de ‘extralimitación gubernamental’.
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