La encuesta nutricional de salud nacional de 2020, citada por el diario La Estrella de Panamá, señaló que el grupo etáreo más vulnerable es de 0-2 años, con mayor incidencia en las comarcas indígenas Ngäbe-Buglé y la Emberá-Wounaan, en las cuales el hambre perjudica al 39 por ciento de los infantes.
El informe detalla que la mortalidad infantil por cada mil nacidos vivos, en comparación con 2018, aumentó en las comarcas Kuna Yala (27,9 por ciento), Emberá-Wounaan (25,3), Ngäbe Buglé (21,5) y en las provincias Bocas del Toro (25,7) y Darién (24,9).
Por su parte, en un artículo publicado en el propio medio en noviembre del pasado año, Israel Ríos-Castillo, oficial de nutrición de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), analizó que la desnutrición crónica disminuyó del 2018 al 2019, aunque alertó que continúa como un flagelo preocupante en las comunidades originarias.
Como consecuencia de la mala alimentación en los niños, la anemia en menores de cinco años es del 36 por ciento de la población infantil panameña, aunque con una reducción marcada desde inicios del actual milenio, pero igualmente la alarma se escucha entre los indígenas, donde cuatro de cada 10 niños tienen niveles bajos de hemoglobina.
Esta deficiencia nutricional implica serias consecuencias en el crecimiento y desarrollo de los infantes, con afectación de su capacidad de aprendizaje y preparación para el futuro laboral, pronosticó.
El funcionario de Naciones Unidas se refirió también a instrumentos gubernamentales recientemente creados, los cuales iniciaron el combate a la malnutrición y citó programas como Estudiar Sin Hambre, la ley de impulso a la agricultura familiar y el Plan Colmena.
No obstante advirtió que será necesario innovar en la implementación de estas acciones a través de mecanismos de compras públicas de alimentos saludables y conformación de reservas estratégicas, reactivación de la producción agrícola local y circuitos cortos de comercialización, entre otros.
Un informe de la FAO ubicó a Panamá con una tasa de desnutrición infantil de 19,1 por ciento en 2018, o sea, en números absolutos son 68 mil niños menores de cinco años, solo superado en Latinoamérica y el Caribe por Guatemala, Ecuador y Honduras.
Debido a la crisis económica que enfrentan los países en Centroamérica, unos 65,7 millones de personas está en condiciones de inseguridad alimentaria y nutricional moderada o grave, debido a falta de ingresos monetarios u otros recursos, según el organismo de Naciones Unidas.
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