La mitad de esos vuelos llegarán a Puerto Príncipe y el resto a la ciudad de Cabo Haitiano, en el extremo norte del país, confirmó Jean Négo Bonheur Delva, coordinador de la Oficina Nacional de Migración.
Hasta el momento casi 500 personas, muchas de ellas niños, arribaron desde que iniciaron las deportaciones masivas el pasado domingo y en momentos en que se acentúa la crisis migratoria, pero para algunos el país que dejaron ya no existe.
‘Yo salí de Haití en 2016 porque aquí no conseguía trabajo. Pedí dinero prestado, volé a Brasil para probar suerte, pero allá también fue muy difícil, por eso decidí pedir asilo en Estados Unidos’, dijo a Prensa Latina Emmanuel, uno de los cientos de retornados que arribaron el lunes a esta capital.
Con solo 23 años, esperaba que las autoridades migratorias terminaran con su documentación para ir a casa de sus familiares en Leógane, comuna situada al suroeste de Puerto Príncipe.
‘Ahora regreso casi como me fui. Vendí todo lo que tenía en Brasil para llegar a Estados Unidos en un viaje que me costó más de cinco mil dólares y tengo que empezar de cero. No sé qué voy a hacer’, aseguró con preocupación a esta agencia.
El Gobierno de Haití aseguró que recibirá a todos sus nacionales y criticó el trato que recibieron algunos migrantes en la frontera entre México y Estados Unidos.
Lakay se lakay (El hogar es el hogar) expresó en la red social Twitter el primer ministro Ariel Henry, y prometió acompañar a los retornados.
Sin embargo, para Jean la situación es mucho más difícil ahora que cuando se fue a Chile en 2018, y teme por su seguridad y la imposibilidad de encontrar trabajo para mantenerse.
‘Aquí ya no tengo nada, mi esposa y mi hijo se quedaron en Chile y yo quería darles una mejor oportunidad’, expresó a Prensa Latina.
Se espera que las autoridades norteamericanas repatríen a más de seis mil haitianos en los próximos días y advirtieron que todo el que intente entrar ilegalmente será devuelto a sus naciones de origen.
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