En un informe publicado este martes la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) subrayó que la rápida recuperación ha devuelto el producto interno bruto global a los niveles previos a la pandemia.
Aun así apuntó que la actividad todavía está rezagada en muchos países en desarrollo donde las tasas de vacunación siguen siendo bajas.
La entidad prevé que tras caer un 3,4 por ciento en 2020 por el impacto de la crisis sanitaria, este año la economía mundial crecerá un 5,7 por ciento, con lo cual recortó en un 0,1 punto porcentual su pronóstico anterior de fines de mayo.
Añadió que un rápido aumento de la demanda a medida que las economías se reabren ha hecho subir los precios de materias primas clave como el petróleo y los metales.
Los importes de los alimentos también están aumentando, impulsando los precios, especialmente en los mercados emergentes, apuntó.
Según la OCDE, las perspectivas de inflación varían notablemente; esta ha aumentado considerablemente en Estados Unidos y en algunas economías de mercados emergentes, pero sigue siendo relativamente baja en muchas otras economías avanzadas, particularmente en Europa.
Se espera que la inflación alcance un pico hacia el final del año en un 4,5 por ciento como promedio en el Grupo de las 20 principales economías, antes de disminuir al 3,5 por ciento para fines de 2022.
En su análisis, la OCDE aconsejó a los bancos centrales mantener la política monetaria laxa, pero que al mismo tiempo ofrezcan una guía clara sobre qué tan alto pueden tolerar el aumento de la inflación.
Además, instó a los gobiernos a permanecer flexibles con el apoyo financiero a sus economías y evitar retirarlo mientras las perspectivas a corto plazo sigan siendo confusas.
jha/lpn