Según el sondeo prelectoral que abarcó los municipios de Nueva Guinea y El Rama en Zelaya Central (una porción de la región Autónoma del Caribe Sur) y el de San Carlos (cabecera del departamento de Río San Juan) el 46.6 por ciento de la muestra aseguró que votará por el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), el considerado técnicamente como voto duro.
La encuesta también reveló que en esa porción de la geografía nicaragüense la simpatía política hacia la organización rojinegra alcanza un 69.5 por ciento, mientras la oposición cuenta con el apego del 4.8.
El 70.8 por ciento de la muestra encuestada en esos territorios alejados de la capital y cercanos a la frontera con Costa Rica manifestó su disposición de asistir a los centros de votación el próximo 7 de noviembre, mientras que un 94 aseguró que quienes participen deben aceptar los resultados del ejercicio democrático.
La probable abstención (22.9 puntos porcentuales) contrasta con el peor resultado histórico de ese indicador en la zona (53.9) registrado en las elecciones precedentes (2016).
La Constitución Política de Nicaragua y la Ley Electoral disponen cada cinco años el primer domingo de noviembre tengan lugar las elecciones generales.
En esta ocasión cuatro millones y medio de nicaragüenses están habilitados para participar en el evento electoral que elegirá a la fórmula presidencial, los 92 diputados a la Asamblea Nacional (Legislativo) y los 20 del Parlamento Centroamericano.
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