Un mes después de abandonar la Unión Europea en diciembre pasado, el gobierno británico formalizó su petición de unirse al Cptpp, integrado por Australia, Brunéi, Canadá, Chile, Japón, Malasia, México, Nueva Zelanda, Perú, Singapur y Vietnam, pero no fue hasta este martes que se le convocó a platicar con los socios.
En la reunión virtual participó la nueva ministra de Comercio Internacional, Anne-Marie Trevelyan, quien aseguró que pertenecer a ese acuerdo de libre comercio brindará oportunidades reales a los exportadores británicos y ayudará a los innovadores a abrirse a un mercado nuevo y diverso.
El pacto transpacífico está considerado como uno de los mayores del mundo, al representar más del 13 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) global.
Firmado en 2016, el CPTPP inicialmente iba a abarcar el 40 por ciento de la economía global, pero la retirada de Estados Unidos al año siguiente lo puso al borde de la desintegración, hasta que entró finalmente en vigor en 2018.
Según Londres, de prosperar la solicitud, el 99,9 por ciento de las exportaciones británicas serían elegibles para ser comercializadas sin aranceles ni tarifas entre los 11 países miembros.
Los productores de carne británicos también saldrían beneficiados con el acceso a un mercado que se cree absorberá el 25 por ciento de la producción mundial para 2030, y habría menos trabas a la hora de hacer negocios en el sector de los servicios, tanto bancarios como financieros, entre otros.
El tratado también garantizaría una reducción considerable de las tarifas para los alimentos, las bebidas y los automóviles británicos, además de crear nuevas oportunidades para la industria tecnológica, aseguró el gobierno británico.
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