Los líderes de ambas fuerzas políticas, Jonas Ghar Store y Trygve Slagsvold, dialogan en esta capital sin la presencia de los representantes de la Izquierda Socialista, quienes expresaron que no existe base política para crear un ejecutivo tripartito.
Los miembros de centro izquierda, con Store a la cabeza, obtuvieron el 26,5 por ciento de los sufragios, resultado similar al previsto en las encuestas.
Analistas consideran complejos los diálogos pues los centristas ponen el foco en los intereses de la población rural y mantienen diferencias en varios asuntos con laboristas y socialistas, aunque los tres partidos fueron parte en el pasado de un gobierno de coalición.
La tríada sumaría 89 escaños en el nuevo legislativo, cuatro más de los necesarios para gobernar con mayoría absoluta.
Pero los dos primeros defienden un ejecutivo entre las tres fuerzas, mientras el partido centrista apuesta por gobernar solo con los laboristas.
Entre las diferencias que los enfrentan están los temas medioambientales y fiscales.
Laboristas y centristas quieren recortar las emisiones de dióxido de carbono en un 55 por ciento respecto a 1990, en tanto los socialistas apuestan por una reducción mayor antes del 2030.
Por otra parte subyacen discrepancias en torno al desarrollo del sector petrolero en un país que encabeza la exportación de hidrocarburos en Europa occidental, aunque las tres fuerzas políticas abogan por su eliminación en mayor o menor medida, hecho que preocupa a la oligarquía nacional.
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