Después de dos días de intensas negociaciones, logramos un acuerdo sobre la desescalada y el camino a seguir, publicó en Twitter Miroslav Lajcak, representante especial del mecanismo regional para el diálogo entre Belgrado y Pristina, en relación con el diferendo que afecta el flujo vehicular en la zona limítrofe.
Kosovo, provincia constitutiva de Serbia, declaró su independencia unilateral en 2008, reconocida por varios estados de Europa y el mundo, pero no por Naciones Unidas ni por el Gobierno de Belgrado.
El pasado día 20 las autoridades kosovares prohibieron la entrada en ese territorio de los vehículos con matrículas serbias, obligando a los automovilistas a instalar una placa provisional del modelo local.
La medida provocó protestas en varios puntos de control fronterizo en el norte de Kosovo y el despliegue de fuerzas militares de ambos bandos.
Bajo el amparo de la UE delegaciones bilaterales dialogaron en esta ciudad, capital de Bélgica y sede del mecanismo regional, para intentar normalizar las relaciones.
Sobre la mesa de conversaciones estuvo la escalada de fricciones entre esos territorios de la península de los Balcanes, cuya distensión es una condición impuesta por el ente comunitario para negociar la entrada de ambos a la UE.
Desde 2013 el mecanismo regional facilita las conversaciones bilaterales, pero las partes no lograron grandes avances debido a continuas crisis políticas.
Entre los acuerdos alcanzados ahora está la creación de un grupo de trabajo integrado por representantes de Belgrado, Pristina y la UE, bajo la presidencia de esta última, para buscar una solución permanente al problema de las matrículas de vehículos, en consonancia con los estándares y las prácticas del bloque comunitario.
El equipo negociador celebrará su primera reunión el 21 de octubre en Bruselas y deberá presentar, dentro del plazo de seis meses, sus recomendaciones, según fuentes del mecanismo integracionista.
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