La pandemia de coronavirus es la más mortífera de la historia estadounidense, superando el número de víctimas de la epidemia de gripe de 1918 y 1919, que mató a unas 675 mil personas.
Según algunos expertos citados por el diario The New York Times, hace meses nadie estimaba que eso pudiera ocurrir, más cuando el país se movió en busca de un tratamiento vacunal efectivo, aun cuando el expresidente Donald Trump consideró que el brote era una simple ‘gripita’.
Una abrumadora mayoría de los estadounidenses que fallecieron en los últimos meses, periodo en el que el país ofreció acceso a los inmunógenos, no estaban vacunados.
Estados Unidos tiene una de las tasas de mortalidad más altas de todos los países con un amplio suministro de vacunas, aseguró el Times.
‘Esta ola Delta arrasa con los no vacunados’, dijo Howard Markel, historiador médico de la Universidad de Michigan, citado por el diario neoyorquino.
Las muertes que siguieron a la amplia disponibilidad de las vacunas, añadió, son ‘absolutamente innecesarias.’
Una base de datos del diario recordó que el país alcanzó los 600 mil decesos el 16 de junio de 2021.
Señaló el Times que las personas que murieron en los últimos tres meses y medio se concentraron en el sur, una región que atrasada en la vacunación, y muchos de los que fallecieron se registraron en Florida, Misisipi, Luisiana y Arkansas.
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