Una de las caravanas reivindicadoras irá desde la localidad de Caracollo en el departamento de Oruro hasta la sede del ejecutivo en La Paz, y otra será en la capital de Cochabamba, adelantó el líder del Movimiento al Socialismo (MAS), Evo Morales.
Las acciones populares repudiarán también la actitud del gobernador de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, al retirar la wiphala de su mástil el 24 y el 29 de septiembre, e impedir un discurso del presidente en ejercicio David Choquehuanca.
Los actos de desagravio tienen el respaldo de comunidades del territorio andino-amazónico, según acuerdo de un consejo ampliado convocado de emergencia por las Seis Federaciones del Trópico de Cochabamba, lideradas por Morales.
Por su parte, la Fiscalía de Santa Cruz confirmó una denuncia penal contra Camacho y sus seguidores Rómulo Calvo, Adalid Farel y José Carlos Fernández, según la jefa de la bancada del MAS en la Cámara de Diputados, Estefanía Morales.
Esa instancia jurídica instrumentó los delitos de racismo, discriminación y ultraje contra los símbolos patrios por parte de los imputados, durante el acto conmemorativo del 24 de septiembre por el 211 aniversario del Grito Libertario de Santa Cruz. Camacho, líder cívico santacruceño en noviembre de 2019 vinculado al golpe de Estado contra Morales, fue también el principal cabecilla contra las protestas de respaldo al entonces presidente constitucional, tras las elecciones del 20 de octubre.
El diputado boliviano por el MAS Juan José Huanca criticó este jueves el trasfondo político de las referidas acciones ofensivas al símbolo nacional de la wiphala.
La autoridad legislativa, jefe de la bancada departamental de ese partido en el sureño departamento de Tarija, opinó que esos insultos a la enseña de los pueblos originarios ‘buscan desestabilizar al país’.
Huanca cuestionó el significado de discriminación, racismo y ultraje expresado en ambas acciones del político derechista y gobernador de Santa Cruz Luis de quitar la wiphala del sitio en que estaba izada.
Según el parlamentario, los opositores del país andino se sienten acorralados y por ello asumen estas medidas, ‘pero también fue el inicio de algo preocupante, pues Camacho llamó ‘a terminar lo que hemos empezado’.
‘Esa es una confesión –aseguró Huanca- sobre un segundo golpe de Estado. Tiene que ver con esa intención de desestabilizar y complotar, de generar confrontación entre los bolivianos, reavivar el separatismo y la división’.
De acuerdo con el diputado, el objetivo de esos ultrajes al símbolo patrio es generar conflicto: ‘también quieren establecer una dirección del Instituto Nacional de Reforma Agraria, tener su propia policía’, recordó.
‘Hay que ser en esto muy contundente, la conciencia del pueblo boliviano siempre se va a imponer. Por eso a nosotros nos corresponde reflexionar y llamar al diálogo, porque no somos como ellos, no somos violentos’, sentenció.
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