La petición tuvo lugar tras mantener en pie el primer ministro, Guido Bellido, la posibilidad de que generar una crisis ministerial total, si la mayoría opositora censura (destituye) al ministro de Trabajo, Íber Maraví, lo que parece inminente y ante lo cual la extrema derecha amenaza con vacar (cesar) al presidente.
El pedido lo suscriben las titulares del Poder Judicial, Elvia Barrios; del Ministerio Público, Zoraiuda Ávalos, y de la Junta Nacional de Justicia, Inés Tello; así como el contralor general, Nelson Shack, y el defensor del Pueblo, Walter Gutiérrez.
Los firmantes argumentan ‘la inestabilidad política afecta la buena marcha de la administración pública y el pleno ejercicio de los derechos humanos’.
Aluden al conflicto entre los poderes Ejecutivo y Legislativo al señalar que la distribución de poderes y organismos autónomos no no significa que deben ejercer sus atribuciones aisladamente, sino que deben hacer un trabajo conjunto.
‘Están constitucionalmente obligados a cooperar en la atención de los diversos problemas que afronta el país’, añade el texto enviado al mandatario..
La crisis avanzó ayer con la interpelación al ministro de Trabajo, acusado de vínculos de hace 40 años con el hoy casi extinto grupo armado Sendero Luminoso y otros cargos, los que negó con dictámenes judiciales que lo exculpan y negativas rotundas; pese a lo cual la mayoría opositora se apresta a censurarlo.
Previamente, la conservadora presidenta del Parlamento, María del Carmen Alva, dijo que el presidente, la noche previa, aseguró a una delegación parlamentaria que no tenía pensado pedir el voto de confianza si Maraví fuera censurado.
En pleno debate de ayer, Castillo señaló que en la cita se planteó que la censura y la cuestión de confianza eran herramientas para mantener el equilibrio entre los poderes del Estado, ante lo cual Alva dijo que si la confianza se presentara, la palabra del presidente carecería de validez y el Congreso asumiría sus responsabilidades.
Los problemas se agravaron con la publicación de conversaciones por mensajes telefónicos de texto entre el primer ministro Bellido y los parlamentarios del partido gobernante, Perú Libre, en los que el primero orienta a los legisladores que pidan la renuncia del canciller, Óscar Maúrtua, y evidencian otras contradicciones.
El hecho dio pie a congresistas como Alejandro Muñante, para afirmar que Bellido desestabiliza al gabinete que preside y reclamar también su retiro y plantear la vacancia (destitución) de Castillo si no retira a ambos.
Bellido, por su parte, dijo que la actitud opositora evidencia que en el fondo quiere vacar a la mayoría de los trabajadores y toda la gente que eligió presidente a Castillo, quien horas antes dijo que ‘si hubo un exabrupto del primer ministro, lo hemos corregido’.
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