Recuentos de medios de prensa cifran en 175 el número de muertos, militares y civiles, registrados sobre todo en cinco estados: Anambra, Enugu, Imo, Ebonyi y Abia, escenarios de 72 ataques, acorde con el recuento del cotidiano Punch.
La fuente califica a los atacantes de delincuentes pero la víspera el Ejército anunció el arresto y posterior liberación de un notorio actor cinematográfico, Chiwetalu Agu, cuando pronunciaba un discurso separatista en una plaza de la ciudad de Anambra, capital del estado del mismo nombre, una arista política de la situación.
En la zona, rica en petróleo, residen miembros de la etnia igbo, protagonistas del intento secesionista apoyado por Estados Unidos e Israel en la década de los ´60 del pasado siglo y causa de la llamada guerra de Biafra en la que murieron unos cuatro millones de personas, tres millones de ellos civiles.
Las fuentes oficiales con frecuencia acusan del auge de la violencia en la zona a las organizaciones Pueblos Aborígenes de Biafra y Red Oriental de Seguridad, pero portavoces de ambas entidades refutan las alegaciones.
Sin embargo el sureste nigeriano no es el único dolor de cabeza oficiaL pues en el estado de Borno (noreste) radica el grupo islamista Boko Haram y, en el Lago Chad, su escisión Provincia del Estado Islámico de África Occidental leales, el primero a Al Qaeda y, el segundo, al Estado Islámico, autores de frecuentes ataques armados.
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