Ese total del electorado que no votaría en absoluto por el gobernante es del 59 por ciento, ’21 puntos porcentuales más que su principal oponente hasta ahora en la disputa, el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, con un 38 por ciento’, señala el informe del periodista Ranier Bragon en el cotidiano.
Precisa que el actual rechazo a Bolsonaro es el más alto medido por Datafolha en comparación con los presidentes que fueron elegidos en las ocho votaciones anteriores, incluido él mismo en 2018.
Recuerda Bragon que ‘nunca el elegido desde 1989 hasta 2014 ha tenido más de un tercio del electorado declarando que no le votaría en absoluto, y Bolsonaro ya batió ese récord en 2018’.
Señala que el exmilitar llegó a la recta final de la campaña de hace tres años con un 44 por ciento de rechazo, pero consiguió ganar en la segunda vuelta contra su principal oponente, el exalcalde de Sao Paulo Fernando Haddad, del Partido de los Trabajadores.
En el balotaje, el mandatario de tendencia ultraderechista consiguió el 55,13 por ciento de los votos válidos frente al 44,87 de Haddad.
La creciente impopularidad de Bolsonaro coincide con el avance de los trabajos de una comisión investigadora del Senado sobre la gestión gubernamental ante la Covid-19 que cobró más de 600 mil muertes y posibles actos de corrupción en la compra de vacunas salpican al excapitán del Ejército.
Por su parte, la intención de voto de Lula se fortaleció desde que recuperó sus derechos políticos en marzo tras un juez del Supremo Tribunal Federal anular todas sus condenas y posibilitar su participación en la carrera por el poder.
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