El Gobierno levantó los subsidios al combustible desde junio y aumentó en cuatro veces el precio de la gasolina en menos de un mes como resultado de lo cual hay un encarecimiento de todos los artículos.
Para contrarrestar esos incrementos, las autoridades proyectaron entregar tarjetas de racionamiento que todavía no pusieron en funciones.
Líbano está cada vez más afectado por apagones a medida con un servicio que apenas ofrece una o dos horas diarias de energía y la alternativa de los generadores privados casi es inexistente por la escasez de combustible.
‘Los alimentos se encarecen porque debemos pagar mucho más a los proveedores que toman en cuenta los aumentos de la transportación’, explicó Nazib Moawad, dueño de una bodega a Prensa Latina.
El Ministerio de Economía anunció aumentos del precio del pan por sexta vez este año, en parte al debilitamiento de la moneda local y a la elevación del costo de transporte.
‘Los precios siguen trepando, por lo que anticipamos que los alimentos se mantendrán en alza’, dijo el vocero del PMA, Rasha Abou Dargham, en declaraciones al canal qatarí Al Jazeera.
Una gran parte de los libaneses comenzó a saltarse comidas a manera de un ayuno intermitente que algunos nutricionistas sugieren para reducir el peso corporal, aunque en este caso es casi obligatorio.
Más de tres cuartos de los ciudadanos cayó bajo el umbral de la pobreza, calculado en unos 3,64 dólares diarios, y la proteína animal escasea en la mesa por su precio inalcanzable para la mayoría.
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